domingo, 13 de abril de 2008

Regreso y actualización.

La otra vez me paseaba por algunos blogs de música, poemas, incluso de mis amigos y, fue ahí, que recordé que yo tengo uno. Irónico, pensarán, es decir busco, comento y me preocupo por blogs que no sean el mío.

Ahora bien, las cosas no pueden ser así, por algo lo creé, no pienso dejar que se muera, es un espacio del libre pensamiento. Por lo que, trataré algunos temas nada profundos y puede que ni de interés general, sólo lo hago como una vía de escape para mi realidad atormentadora que amenaza con consumir mi poca, si es que queda, alma.

Para inaugurar, mejor dicho revivir esto, empezaré con una breve divagación que posiblemente no me lleve a nada; las relaciones sexuales en nuestra sociedad.

Si bien es cierto que en nuestra actualidad es un tema 'común', también lo es el hecho de que las perspectivas sobre ellas han cambiado, y estoy segura cambiarán a medida que el mundo gire y llene nuestra existencia de tiempo muerto.

¿A qué viene esto?

Mi prima y yo solemos tener pláticas de media noche en las cuales hablamos de mucho y nada a la vez, sólo que hace unas semanas se tocó el tema del sexo.

Siempre me he preguntado qué es la primera vez. ¿Sólo penetrar? La invasión del pene en la vagina. Lo que me lleva a: ¿se puede hacer el amor sin la penetración?

Es decir, qué tan necesario en el hecho de ser penetrada, ¿en verdad esa es la culminación de todo?

Tocar, conocer, explorar, sentir, ¿todo tiene el mismo final?

Es una danza, un baile que es llevado por dos, la comunicación de los cuerpos (creo yo) es lo más importante, saber escuchar lo que pide.

Ahora dejando un poco de lado las cuestiones "biológicas" del acto, la importancia que se le da hoy en días es un poco alarmante.

Siempre he pensado que el sexo (tener relaciones, hacer el amor, como lo prefieran), es un aliciente de, no la base. Muchas personas que conozco dejan que la 'pasión' domine su relación. Es casi imposible para mi, conciliar el hecho de tener relaciones con alguien que ni siquiera sabe escuchar lo que tengo que decir, o incluso que nuestra comunicación sólo sea un beso de saludo y uno de despedida.

Sin confianza ni comunicación no hay sexo, de mi parte lo puedo afirmar, aunque claro mi lado cursi sale y digo que sin amor tampoco.

En conclusión la penetración no creo deba de ser tan importante, es mejor si aprendes a escuchar los pedidos silenciosos que puede implicar un suspiro a sólo concentrarse por cuándo "entrar". Ni tampoco se debe considerar la base de una relación. Sin compromiso no hay relación y sin relación no hay sexo, así de sencillo.

Me despido después de un confuso sendero de divagaciones sin sentido.